Ni Asbury Park es la única referencia geográfica de Nueva Jersey, ni Sinatra la única exportación musical de Hoboken. Esta noche he ido a La Riviera a ver a Yo La Tengo, y como recomendación diré que hay que oír su disco The Sounds of the Sounds of Science, que recoge la banda sonora que hicieron para unos documentales submarinos. Probablemente no sea la introducción más adecuada al grupo, pero es un disco maravilloso. Y como anécdota personal, diré que cuando acababa el concierto y he empezado a oír los acordes de I heard you looking me he emocionado tanto que he empezado a mirar alrededor, porque sabía, tenía clarísimo, que si veía a alguna chica llorando y sonriendo mientras Ira Kaplan agitaba la guitarra sobre su cabeza con esa canción... habría encontrado a la mujer de mi vida. Al final he acabado cenando con Juanma en un Vips... no creo que vayan a rodar la película que acabe así. Lo de la chica llorando con esa canción de fondo hubiera sido precioso, pero antes de esta noche Juanma no conocía a Yo La Tengo, y ahora sí. Y le gustan. Eso también es un final feliz.
Habría que reservar este post para un día que no lloviera, pero aprovechando un ratito libre, aquí va. The Polyphonic Spree. Un grupo de "pop sinfónico" de Dallas. La formación puede llegar a componerse de hasta 29 miembros tocando instrumentos más orquestales que habituales del pop. Flauta, arpa, timbales, viola, un coro de 10 personas, diversos instrumentos de viento y metal... también un Theremin, por cierto. Y como son tantos, decidieron que la mejor forma de tener una imagen consistente en el escenario sería ponerse unas bonitas túnicas. Si la imagen de secta o culto ya la tienen, y la música es tan positiva y colorida como un anuncio de Eurodisney puesto de antidepresivos, lo único que les falta es una historia y un contexto que haga pensar en una búsqueda de paz y espiritualidad. Y la tienen: existía un grupo llamado Tripping Daisy que perdió a su guitarrista por una sobredosis. Así que el cantante cogió los restos del grupo, y por qué no 20 personas más, y formó The Polyphonic Spree, quizá como vehículo catártico hacia la superacion de sus penas... O eso o tenía envidia de nuestros Inhumanos, esos "30 hombres solos"...
Llevaba un par de días sin traer paraguas, y podría haber esperado dentro a que parara un poco, pero al salir por los tornos me había puesto el Takk de Sigur Ròs, empezando por la canción de Hoppípolla, que por supuesto no recordaba que se llamara así. Y no me ha importado la lluvia. He salido al patio rodeado de paredes de cristal a mojar mi traje con las primeras lluvias de noviembre, y me ha gustado cómo me hacían sentir. Yo estaba vivo con cada gota, mientras que los fumadores obligados a salir se marchitaban refugiados bajo la pequeña cornisa. Y la canción iba construyéndose sobre sí misma, y todo parecía tanto el final de una película, que casi he sentido los títulos de crédito materializarse a mis espaldas.
En España no estamos muy habituados a ver un concierto de folk/country/bluegrass, la verdad... y las pocas veces que un banjo cae en un escenario de los de por aquí suele ser en un marco pop/rock (como lo han usado Travis o Nelly Furtado) o en manos de Bèla Fleck, cuyo virtuosismo y maestría del instrumento lo apartan un poco de lo sencillamente divertido que es. No se qué evolución habrá tenido en concreto el castellano para que sea de los pocos idiomas en los que un instrumento musical se "toca", y no se "juega" (el inglés "play", el francés "jouer", el alemán "spielen"... sirven tanto para decir "jugar" o para "tocar un instrumento"), pero muchas veces olvidamos ese aspecto lúdico de la música: diversión, juego, entretenimiento activo. ¿Acaso alguien piensa que anoche el señor ese que llevaba puesto un delantal rugoso de metal y lo rascaba al ritmo de la música con unas cucharas soperas cual botella de anís del mono lo hacía para transmitir algún elevado concepto espiritual? No señor, se lo estaba pasando bien, y eso es algo que se contagia. Yo desde luego salí con ganas de comprarme un acordeón, no se si le pasaría también a mucha gente, pero a buen seguro que la mayoría de los asistentes salieron encantados, a pesar de la gran ausencia de clásicos obvios de su carrera. Hubo ingeniosas reinvenciones de temas que no oirás entre sus grandes éxitos, como Bobby Jean o la fiesta rockabilly en que se convirtió Open All Night. Y para compensar la fiesta y como última vuelta de tuerca, un clásico de las "marching bands" de Nueva Orleans como When the Saints Go Marchin' In, un himno que en manos de una banda así podría haber acabado en una celebración que dejaría tímido el mejor Mardi Gras... pero que ellos prefieren tocar en un sorprendente y plácido tono intimista. Y tódo por no caer en lo demasiado fácil y obvio... Claro, que luego montaron el carnaval con ese This Little Light Of Mine para el fin de fiesta. Y todo para que los asistentes, simplemente, lo pasáramos tan bien como ellos.
Mogwai no son músicos, son paisajistas, son dibujantes, son escultores. Y mucho más en directo, donde nos recuerdan que el sonido es algo físico, que desde su escenario nos llega casi tangible, casi sólido. La primera vez que les vi en directo me sorprendió su forma de manejar los ambientes, cómo juegan con los volúmenes, con las texturas, cómo transforman el ruido más completo en un instrumento que baila entre las melodías, cómo pasan del silencio al estruendo en medio compás y cómo te vibran los pantalones con cada bombo. Y aunque en La Riviera todo suena... digamos "diferente", su sonido sigue siendo espectacular.
Se cuenta que en 1985 la novia de Mike Scott (cantante de los Waterboys) le preguntó si es difícil escribir una canción. Y él en respuesta escribió The whole of the moon. Para la mayoría de nosotros escribir una canción puede ser un mundo, pero hay a quien le resulta tan natural como respirar y hace que todo parezca mucho más fácil. Existe el esfuerzo, y también hay quien tiene auténtico talento.
En fin, que sin nada más (ni menos) emocionante que recorer el barrio riéndonos, terminando la noche tarde pero de forma relajada y tras el reparto de los amigos por sus casas, me toca conducir a solas hasta la mía, y como lleva haciendo toda la semana, vuelve a sonar repetidamente Parkdrive 31, del segundo disco de Liquido. Y mientras buceo bajo las farolas, resulta que no hay nada como un sábado por la noche con unos buenos amigos sin nada especial que hacer que te pueda distraer de ellos. Si bien hoy la vida no me parece una batalla, esta noche sí que me parece una victoria. Y es que, Mumu, a ti mañana te voto, pero a mis amigos les querré siempre.
Me suena que Tindersticks son un grupo con nombre, aunque tenga que reconocer que aún no los había oído. Y el caso es que este CD, "Working for the man", es un recopilatorio. Bueno, tantas veces me ha llamado la atención la portada, que hoy por fin, decido llevármelo... todo sea por pasar por la línea de cajas (aunque en el último momento veo el nuevo disco de Costello, y también lo cojo... además, la portada del disco de Tindersticks me recuerda a 
Invierno de 1993, una habitación en Roma, viaje de fin de curso. Dos personas y una botella de vino que no pudimos descorchar. Aranza saca un cassette y me pregunta "¿Has oído a Siouxsie?". "No". Ella sonríe (y aún recuerdo cómo lo hacía). Busca una canción, pulsa Play, se rodea de timbales y acordeones y espirales de sonido y empieza a bailar delante de mí y me deja mirar. Peek-a-boo. Yo era joven e inocente. No sabía que algo podía sonar así.
"TV on the Radio - Satellite - Young Liars EP"... siendo sincero, ha habido un suspirillo de alivio cuando no ha salido nada de Thalia, Julieta Venegas o Roxette... Que yo sé que tengo pocos prejuicios, pero vivimos unos tiempos en los que las cosas no tienen que gustar ni molar, sino "ser cool", y aquí va a haber de todo, pero prefiero no escandalizar a los puristas con música para todos los públicos de buenas a primeras. También podrían haber salido Bill Frissel, Miles Davis, Els Pets, Loquillo, Noir Désir, Tom Waits o Yuju Takahashi, tranquilos... Pero iniciando la emisión de The Odd Boombox tenemos a un muy oportuno grupo de Brooklyn, que sin ser mis favoritos en nada, pueden ser un muy buen ejemplo de por dónde puede ir este blog.