Monday, February 23, 2009

Road Trip #4

El fin de semana pasado hice una visita relámpago a Barcelona. No llegué a pisar la ciudad condal y estuve poco más de 24 horas en la provincia, así que espero que Gema me perdone por no hacerle la visita prometida hace tanto.

Planeando mi visita a Helena y Enric, cargué el coche con unos cuantos CDs. Tengo una manía para mis viajes por carretera, y es que no me pongo la música escogida hasta que no salgo de poblado y estoy en ruta. De la M-40 hacia adentro oigo la radio o algún disco al azar de los que hubiera antes en el coche. Ese sábado por la mañana, con el sol mirándome a los ojos y las ruedas entrando en la R-2, por fin pude comenzar oficialmente el viaje con el sonido ideal. Mil espejos, de Nudozurdo.

Una vez terminó su disco Sintética, fui pasando por Republica, Disturbed (¡no sé cómo, pero al parecer me quedé con los discos de mi ex! Y yo que pensaba que no saqué nada bueno de aquello...), el Everything Everything de Underworld (debería estar prohibido conducir con Rez/Cowgirl sonando), Mink/Willy DeVille, y para los ratos aburridos, a cantar con Un pingüino en mi ascensor. A la vuelta justifiqué el nombre del Música de automóvil de Mastretta, y me emocioné con unos discos de Nacho Vegas grabados con mucho cariño, pero eso ya es otra historia.

Sin la medicación necesaria decidió programar un viaje a ninguna parte dónde nadie lo pudiera encontrar. Y a 220 kilómetros por hora, tres días sin comer ni dormir, le paró un coche de la Guardia Civil, le pidió la documentación y él dijo "Yo soy el hijo de Dios".