Friday, October 20, 2006

Hey-Ho Rock 'n Roll,
deliver me from nowhere

Me temo que por fin es viernes... Normalmente casi cualquier trabajador estaría más que contento con esto: fin de la semana laboral, comienzo del fin de semana, ¡y puede que incluso tener la tarde libre! Pero ojalá volviera a ser jueves de nuevo. Sólo un par de veces mas, porfi...

El jueves que fue ayer acabó con Bruce Springsteen y la Seeger Sessions Band revolviendo el ruedo de Las Ventas (y acabó tanto que las luces se encendieron con las campanadas de la medianoche). ¿Qué ocurrió durante las últimas dos horas y pico de ayer? Que 17 músicos salieron de fiesta a un escenario, a pasarlo en grande sin importarles que miles de personas les estuvieran mirando fijamente.

En España no estamos muy habituados a ver un concierto de folk/country/bluegrass, la verdad... y las pocas veces que un banjo cae en un escenario de los de por aquí suele ser en un marco pop/rock (como lo han usado Travis o Nelly Furtado) o en manos de Bèla Fleck, cuyo virtuosismo y maestría del instrumento lo apartan un poco de lo sencillamente divertido que es. No se qué evolución habrá tenido en concreto el castellano para que sea de los pocos idiomas en los que un instrumento musical se "toca", y no se "juega" (el inglés "play", el francés "jouer", el alemán "spielen"... sirven tanto para decir "jugar" o para "tocar un instrumento"), pero muchas veces olvidamos ese aspecto lúdico de la música: diversión, juego, entretenimiento activo. ¿Acaso alguien piensa que anoche el señor ese que llevaba puesto un delantal rugoso de metal y lo rascaba al ritmo de la música con unas cucharas soperas cual botella de anís del mono lo hacía para transmitir algún elevado concepto espiritual? No señor, se lo estaba pasando bien, y eso es algo que se contagia. Yo desde luego salí con ganas de comprarme un acordeón, no se si le pasaría también a mucha gente, pero a buen seguro que la mayoría de los asistentes salieron encantados, a pesar de la gran ausencia de clásicos obvios de su carrera. Hubo ingeniosas reinvenciones de temas que no oirás entre sus grandes éxitos, como Bobby Jean o la fiesta rockabilly en que se convirtió Open All Night. Y para compensar la fiesta y como última vuelta de tuerca, un clásico de las "marching bands" de Nueva Orleans como When the Saints Go Marchin' In, un himno que en manos de una banda así podría haber acabado en una celebración que dejaría tímido el mejor Mardi Gras... pero que ellos prefieren tocar en un sorprendente y plácido tono intimista. Y tódo por no caer en lo demasiado fácil y obvio... Claro, que luego montaron el carnaval con ese This Little Light Of Mine para el fin de fiesta. Y todo para que los asistentes, simplemente, lo pasáramos tan bien como ellos.

Springsteen sigue siendo el showman que siempre ha sido, carismático, entrañable, irrestible, divertido... Y sobre todo, entregado. Acaba de cumplir 57 años y sigue dando los conciertos más largos e intensos que he visto. Por ahora "sólo" he podido ir a cinco, pero de todos he salido con una enorme sonrisa en la cara, y por desgracia no es tan habitual poder decir eso de demasiados artistas... y bueno, aunque aún me dura la ilusión de la noche, me temo... me temo que por fin es viernes.


Well, at five a.m., oil pressure's sinkin' fast
I make a pit stop, wipe the windshield, check the gas
Gotta call my baby on the telephone
Let her know that her daddy's comin' on home
Sit tight, little mama, I'm comin' 'round I got three more hours, but I'm coverin' ground

Your eyes get itchy in the wee wee hours
sun's just a red ball risin' over them refinery towers
Radio's jammed up with gospel stations
lost souls callin' long distance salvation
Hey, mister deejay, woncha hear my last prayer
hey, ho, rock'n'roll, deliver me from nowhere

2 comments:

Anonymous said...

Correcto

Heartbeats said...

Qué magía tiene la "música",que transmite tantas sensaciones?
Contagiada quedo,Sr.Giraffe!
Besos desde el Sur.
PD:Prometo leerte más despacito