Tuesday, January 09, 2007

St. Burchardi

Hoy en día la industria musical se rige por unos principios bastante probados y restrictivos. Eso quiere decir entre otras cosas que la duración de un single ha de estar idealmente entre los tres minutos y los tres minutos y medio. La canción pop definitiva es un ataque sorpresa al cerebro, comienza, impacta, y acaba antes de que hayas tenido tiempo de procesarla. Esto no es nuevo, hace treinta años en una fiesta podían sonar veinte canciones de los Ramones antes de dar tiempo a que llegara la policía, y hace cincuenta Alan Freed programaba en sus emisiones unos singles que se ceñían al mismo formato que la música que oímos ahora en los 40 Principales.

De todos modos, lejos de la música pop, hay otros géneros musicales para los que no valen ciertas reglas, y menos la de los 3'30", como se ve en las grabaciones de Miles Davis, Grateful Dead, Brian Eno o Dream Theater, pero si alguna composición se lleva la palma a la hora de hablar de duración, tenemos una indiscutible ganadora, y su compositor original es John Cage.

Cage (1912-1992), fue un importante artista americano, probablemente más conocido por su obra 4'33", pieza en tres movimientos para piano caracterizada por no contener ni una sola nota a lo largo de toda su duración, fielmente reflejada en el título. Su trabajo está lleno de provocaciones a la concepción habitual que tenemos del arte. Si mi trabajo es aceptado, debo avanzar hasta el punto donde no lo sea, decía, ya que su motivación artística no era embelesar sino hacer reflexionar, y precisamente su obra As slow as possible pretende únicamente hacer una pregunta: ¿cómo de despacio se puede interpretar una obra?

Originariamente la obra fue escrita y concebida para piano en 1985, pero él mismo la adaptó para órgano en 1987, ya que el sonido contínuo del órgano permitía extender la duración inicial de la obra, de aproximadamente veinte minutos, a los setenta minutos de algunas interpretaciones posteriores. A fin de cuentas, el sentido de la obra era precisamente cuestionarse los límites de la interpretación, y sus dos versiones ya dan qué pensar al ofrecer interpretaciones tan diferentes. De todos modos, la pregunta quedó en el aire después de su muerte.

En 1997 un grupo de pensadores, músicos y filósofos, se reunieron a debatir las posibilidades e implicaciones del planteamiento original de Cage, que había dado una pista crucial al trasladar la obra de un instrumento a otro. El órgano, al producir su sonido gracias a unos fuelles que producen aire de forma contínua, puede producir sonido de forma ininterrumpida durante un tiempo prácticamente ilimitado. Entonces, ¿qué impide a la obra extenderse indefinidamente? La única barrera que parecía haber era la vida del instrumento. Pero mientras el instrumento esté en buen estado, podría seguir produciendo los sonidos de la obra, con lo que la interpretación podría extenderse hasta el momento deseado. Por motivos históricos, para conmemorar la construcción del órgano de la ciudad de Halberstadt, donde se llevaría a cabo la interpretación, se decidió que ya que dicho instrumento se construyó en 1361, 639 años antes del año 2000, el concierto podría comenzar dicho año 2000 y extenderse... otros 639 años.

Aunque el proyecto se demoró un año, el 5 de septiembre de 2001 (cumpleaños de Cage) comenzó la representación que si todo va bien habrá de acabar el 5 de septiembre del año 2640. Al comenzar la partitura con unos silencios, la primera nota se emitió el 5 de febrero del año 2003, nota que se mantuvo sonando ininterrumpidamente hasta el el 5 de julio de 2005 (los cambios de nota ocurren los días 5 de mes para honrar el día del nacimiento de Cage). El último cambio ocurrió en mayo del año pasado, y el próximo será en julio del 2008. Y por ejemplo, entre el 2013 y el 2020 habrá un periodo de silencio. Por ahora, si viajas a la ciudad de Halberstadt, cerca de Berlín, y entras en la iglesia de St. Burchardi, podrás oir el acorde que está sonando. Vé ahora que es temporada baja, porque cuando hay cambio de nota la afluencia de público es mucho mayor, dada la expectación... o no.

El órgano en cuestión se va construyendo según sea necesario, y las notas son mantenidas con un sistema de pesos que son movidos a mano... cada varios años, no es que sea un trabajo muy estresante. El proyecto se financia con donaciones de particulares que quieran comprar una placa conmemorativa de alguno de los años durante los que se va a extender el proyecto (se pueden comprar en la web del proyecto a partir de 1000€). Creo que esto es toda una leccion para todos nosotros, que vivimos en un mundo lleno de presiones y velocidad. Lo que debemos preguntarnos, en realidad es....

¿Quién tiene prisa?

3 comments:

Siouxsie said...

Muy bien hombre aunque yo en vez de notas, preferiria 108 bolitas o algo asi xD.
PD: luego tienes valor de llamarme friki a mi...madre mia...
Besitos!

Alexis said...

Bueno....
Cuando menos es un proyecto ambicioso, que involucrara a muchas generaciones, solo con contar el que tenga que cambiar de nota...
Pero yo prefiero, clasicos de la literatura, mu rapido.(Aunque no encuentro video para ilustrarlo)

Anonymous said...

¡Y yo soy el visitante número 800! :o)