El evento era parte del U18, Under eighteen, una iniciativa para que los menores tengan acceso a un ocio que muchas veces les está vetado. La única cerveza que vendían era sin alcohol, claro... pero la ventaja es que al estar todo orientado a chavales de 13 a 17 años teníamos pocas cabezas a nuestra altura, con lo que pudimos ver las actuaciones de The Sounds y Fall Out Boy de forma bastante cómoda.
La verdad es que a mi me apetecía ver a FOB. Compré las entradas hacía tiempo, y no fue hasta hace dos días que me enteré de que los teloneros eran los suecos. Tremenda alegría, después de haber disfrutado como un enano su concierto en la sala Arena/Heineken hace un par de años. Si bien su actuación de ayer fue también muy buena, verlos en un local de mediano aforo es mucho más impactante, con Maja literalmente cogiendo al público del cuello para que cante con ella. En un par de meses sacan su tercer disco. Lo espero con impaciencia.
Tras su nueva-New Wave aparecieron por fin los chicos de Pete Wentz, cabeza visible de Fall Out Boy a pesar de su muy respetable cantante... pero es que este chico de Chicago es el cerebro de la banda. Letrista, empresario, diseñador, escritor, alma torturada, presentador y un poco chulito, es el que más capta la atención. Pero no para mal. Los tíos salen al escenario a hacer lo que hacen, se entregan al público, bajista y guitarrista hacen sus característicos saltos de 360º y tocan sus himnos para que nos desgañitemos acompañándoles. El respetable acaba contento. Se encienden las luces, salimos a las 22.50 a la calle, donde decenas de padres esperan a sus hijos para llevarles a casa, supongo que después de coger una pizza. Javi y yo la hacemos en mi casa a pesar de que aún no sé amasar bien la harina. Aunque salió no sólo comestible, sino que muy rica, intentos anteriores se han podido comer con cuchara. De todos modos, va mejorando, y me he prometido a mi mismo que la que tengo pendiente para la semana que viene con Alexis ya será la buena.